La identidad corporativa es el conjunto de elementos que permiten a una empresa crear una representación de ella con el exterior. Sus beneficios son muy amplios y van desde la creación de un nicho en el mercado hasta la creación de una percepción positiva de la organización. Sin embargo, no todos los negocios cuentan con ella.

• Afianza la fidelidad de los clientes 
• Apoya en la coherencia de la marca
• Resalta las virtudes 
• Establece sus diferenciadores
• Agrega valor a la marca
• Entonces, ¿Por qué es importante tener una identidad corporativa?

Afianza la fidelidad de los clientes 

No hay nada que un negocio añore más que los clientes leales. Estos sustentan la base del éxito de muchas empresas, y también son el objetivo de muchas de las estrategias de posicionamiento de una marca. Sin embargo, esta fidelidad no se construye solo con las ventas constantes, sino que conlleva el tener una identidad corporativa muy sólida. 

Esta solidez es la que permite mejorar las estrategias y maximizar sus beneficios. Aquí, la identidad corporativa cumple una función muy importante en estos procesos de fidelización. Solo si se sabe ‘quién es’ la empresa se podrán crear mejores caminos hacia sus metas.

Apoya en la coherencia de la marca

Las empresas grandes tienen bien establecidas cosas como sus valores, visiones, prácticas y cultura organizacional. Estos elementos, si bien no son tangibles, son sumamente importantes para el diseño de la marca. La identidad visual depende de todos estos factores, que justamente forman parte de la identidad corporativa.  La coherencia entre el diseño de la marca y la identidad corporativa es de vital importancia, ya que se deben tener bien integrados estos aspectos para definir mejores estrategias de posicionamiento. Todos las partes de una empresa deben funcionar como un todo, pues en el momento en que alguna falte, se ve amenazado su desarrollo. 

Resalta las virtudes 

Así como se escucha, una identidad corporativa bien definida puede resaltar las virtudes de una empresa. Estas cualidades pueden ser, por ejemplo, las buenas prácticas de la organización. En este ejemplo, la identidad funciona también para establecer una conexión interna positiva y más cercana con los trabajadores.

Por otro lado, si se establecen las virtudes y debilidades del negocio, se pueden considerar en las estrategias de marketing o en el desarrollo de la marca. Con las virtudes se puede trabajar en beneficio de cualquier organización, no sin antes haberlas identificado en la identidad corporativa. 

Establece sus diferenciadores

Una empresa siempre va a buscar activamente el separarse de sus competidores. Esta separación es muy positiva, pues posiciona a una marca por sobre otras. No obstante, para crear esta marca será necesario usar todo aquello que hace única a una empresa. 

Como se puede prever, estos diferenciadores forman parte de la identidad corporativa así como las virtudes. Esta distinción se puede hallar ya sea en su cultura organizacional, la filosofía con la que trabaja, su visión, etcétera. Un ejemplo de esto son las empresas que incluyen un modo de producción ecológico en sus productos como parte de su filosofía. Esto podría considerarse como algo que la hace especial para un nicho del mercado, y que forma parte de su identidad corporativa. 

Agrega valor a la marca

Competir en precio no es una opción a largo plazo, pero cobrar más sin agregar un valor adicional tampoco lo es. Los consumidores son cada vez más exigentes con lo que pagan, por lo que no solo se necesita que ellos ubiquen a una empresa, sino que lo que ofrecen cuente con algo adicional a su función obvia. Añadir este valor es muy difícil si ni siquiera se tiene bien asentada la identidad de una empresa,pues nada extra se puede ofrecer si no se tiene definido primero lo que la representa frente a los consumidores. Se debe ir por pasos para asegurar el éxito de todo el gran mecanismo que conforma cualquier organización. 

¿Por qué es importante tener una identidad corporativa?

En resumen, la identidad corporativa es fundamental para el desarrollo de una empresa. Participa en los procesos de fidelización de clientes, en la creación y gestión de marca, así como también facilita la elaboración de estrategias de marketing. Además, mientras más solidez tenga, la empresa da una imagen más profesional, lo que es un plus en el aumento de la confianza de los clientes actuales, y en la generación de los potenciales. 

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