Existen diferentes tipos de merchandising según cuáles sean sus objetivos específicos. Las empresas pueden necesitar de uno o más de estos tipos y estrategias de merchandising para poder ser efectivas en sus estrategias de marketing.
Merchandising promocional
Las estrategias de merchandising promocional son aquellas que tratan de influir directamente en los clientes a través de un producto en específico.
Un claro ejemplo es el uso de publicidad en productos sencillos de oficina, como bolígrafos o llaveros, que puedan contener datos de contacto para que el cliente
pueda dirigirse a la empresa cuando la necesite.
Merchandising de rotación
Esta estrategia consiste en el uso del merchandising para rotar y renovar el stock de la empresa. Para ello, se ubica de forma estratégica el producto en los lugares que
va a tener una mayor visibilidad dentro del espacio de venta. Si se trata de un espacio físico, éste puede ser en la parte frontal del pasillo, o si hablamos de una
tienda online, en la homepage o de forma destacada en la página de categoría.
Merchandising de proximidad
Se trata de crear espacios que permitan entablar relación con los clientes. Por ejemplo, la asistencia a ferias o eventos, en los que se disponga de un stand o se haga una demostración de producto.
Merchandising de seducción
Consiste en la creación de un ambiente determinado en el punto de venta para generar un estado positivo en el cliente e influir en la compra del producto. Para ello,
se tienen en cuenta factores estéticos, como la decoración o la iluminación, pero también factores humanos, como las técnicas de venta de los dependientes.
En general, el merchandising es una herramienta importante para cualquier negocio que quiera mejorar su presencia en el mercado y aumentar las ventas.
Al utilizar diferentes técnicas de merchandising, las empresas pueden atraer a nuevos clientes y fidelizar a los existentes, creando una experiencia de compra satisfactoria que fomente la lealtad y el crecimiento de la marca.