¿Qué es?
La psicología del color es un campo de estudio dirigido a analizar los efectos que pueden producir los colores sobre nosotros y de qué maneras emocionales o mentales, pueden influir en nuestras decisiones.
No se trata solamente de escoger colores que se vean bien combinados. Debemos valorar siempre qué significados pueden evocarnos estos colores. Debemos entender que la percepción de los colores puede deberse a cuestiones culturales, a nuestra propia experiencia o al uso tradicional que se le hayan dado a los colores hasta ahora.
Por ejemplo, ligado al tráfico sabemos que el rojo nos evoca alerta o peligro, mientras que el verde representa vía libre, paz y seguridad. En este escenario, la evocación de los colores es clara, pero en otros puede llegar a ser muy sutil.
Muchas connotaciones pueden variar según la cultura (sobre todo entre oriente y occidente) e incluso también por creencias religiosas.
Además de la psicología del color, debemos tener en cuenta también los aspectos puramente ópticos de todos los colores. Por ejemplo, los colores más cálidos (rojos, naranjas, amarillos, etc.). Pueden producir un efecto óptico de expansión en nuestro ojo y dar la impresión de que un elementos visual relleno de un color cálido cuenta con un tamaño mayor. En cambio los colores fríos (verde, azul, añil, etc.). Otorgan el efecto contrario y pueden evocarnos o darnos la sensación de que un elemento visual cuenta con una superficie de menor tamaño que la real.
El color y todas sus tonalidades, su nivel de saturación y el nivel de luminosidad evocarán en nuestra mente esas sensaciones. Los colores cuentan con la capacidad de evocarnos emociones o sensaciones agradables, pero también del efecto contrario. Por ejemplo, se sabe que las imágenes más oscuras y con más sombras evocan sentimientos más
tristes y pesimistas que las que se encuentran correctamente iluminadas o en aquellas imágenes donde predomine el blanco.